Dating : “Almohada

La luna y noche, sus luces vuelven a iluminar tu rostro frente a mi, y yo, cautivo no puedo quitarte la mirada de encima, de tus rasgos, de tus fases y facies, mis ojos gritan que me gustas tanto, mi corazón se vuelve joven al escucharte, y no, no puedo controlar mis inquietos labios que quieren robarte hasta el último beso de tu boca.

Jueves, me gustan tanto los jueves, son poéticos, son románticos, y su nombre es perfecto para enmarcar cualquier prosa, justo un jueves probé tus deliciosos labios por primera vez. El tiempo se vuelve curiosamente feroz, rápido y se larga sin piedad cuando tus manos se entrelazan con las mías.

Y entonces me quedo callado, preguntas con cierta incertidumbre el porque de mi silencio, te miro, respondo: “Hoy estoy concentrado en ti”. Y sí, porque en ti hay otros nombres, otros momentos, otros rostros, y de pronto me pierdo en el hemisferio de tus ojos, me pregunto si no estoy soñando con haberte encontrado de nuevo.

El pasado te persigue, nos persigue, me gustaría que mirases al presente y cuando repitas sus nombres, los tantos que tiene el ayer, sellar tu boca con un beso lento y largo, como los que tanto te gustan, para que al terminar, cuando nuestros labios se separen, sólo puedas pronunciar el mío.

Sé que no fui el primero, ni en tu mente, corazón y cuerpo, pero ¿De qué sirve llegar primero sí sólo estarás de paso? Como un viaje en carretera, esos moteles de paso que solo sirven para pensar más en el destino final. Eso quiero, ser el último, porque puede parecer algo apresurado, pero siento que tus manos y labios fueron hechos a mi medida.

No me taches de impulsivo si quiero verte hoy y mañana, discúlpame si te extraño, si te pienso. No quiero abrumar tu existencia con mis inmensas ganas de quedarme toda la noche contemplando tu mirada, acariciando tu sombra, abrazarme a ti, en vez de a mi almohada.