Dating : Me llevas como la corriente al río

“Enamórate, permanece enamorado… y esto lo decidirá todo.”
El poema de Pedro Arrupe retumbaba suave y generoso en mi corazón almidonado en búsqueda del Amor Oceánico.

De alguna forma lo sabía en mi interior desde hacía tantísimo tiempo. “No va a existir un amor romántico de tamaña intensidad como la que anhelas”.

Este tipo de Amor, el enamoramiento del que ahí se habla, del que habla tu corazón, del que balbuceas apenas, es aún, todavía insondable.

Lo encuentras cuando no lo buscas.
No está en los recónditos castillos del Conocimiento.
O en los lujosos Palacios de Cristal de lo sensual.
Antes bien se asoma suave y discreto en lo cotidiano del pelar habas, rallar las zanahorias, hervir el agua para el mate, lavar los trastes, barrer la casa, limpiar los baños.
En el latín, el griego y el quechua.
En el alemán filosófico. Y el francés anhelante de filosofía.
En el inglés anglosajón que sólo hablan los eruditos. Y en el inglés slang del rap.
Este amor aparece en el Silencio de cuando te doy las gracias y me entiendes.

“Es un don poder decir tanto con tan poco”.
Es un Amor del Lenguaje
Y a la vez un Amor del Silencio.
De la piel.
De la sensibilidad encarnada.
De la paciencia humilde.

Es un Amor que te atrapa, te envuelve y luego te suelta como si nunca te hubiera conocido.
Es un loquibambio.
Es un Amor que se da en el encuentro con el Otro. — No hay (un) Otro-.
Es el Amor y reconocimiento del ritual del Hongi.
Y del ritual de dar la Paz en la Misa.
Y de pedir perdón. Oye. Lo siento. Me equivoqué. ¿Me perdonas?

Es un Amor que se hace, se deshace y se re-hace.
Es un Amor indescriptible.
Y a la vez un Amor disciplinado.
Un Amor que se levanta a las 6.00am a preparar el desayuno.
Un Amor que se escabulle entre las sábanas por el frío intenso.
Un Amor que sonríe sin temor a que lo juzgues porque no se lavó los dientes.
Un Amor que dice bromas en portugués, y canta en italiano.

Un Amor así, aún no se ha creado… y sin embargo este poema lo describe así.